Más presencia militar española en el Sahel
También la suspensión de las tareas de instrucción por la pandemia llevó al Ministerio de Defensa a retirar a más de 100 de los 278 militares españoles desplegados en la misión EUTM Mali, dedicada a instruir al Ejército maliense. Sin embargo, en este caso, España no solo no planea reducir sus efectivos, sino que incluso se plantea aumentarlos. El repliegue del teatro asiático podría compensarse con un mayor protagonismo en el Sahel, donde la presencia de grupos yihadistas y de mafias dedicadas al tráfico de drogas, armas e inmigrantes supone una amenaza mucho más directa a la seguridad de España que lo que sucede en Afganistán o Irak.
La UE acaba de aprobar el quinto mandato de su misión en Malí que, además de prorrogarla hasta mayo de 2024 y aumentar su presupuesto, la amplía para dar apoyo a la Fuerza Conjunta del G-5 y a los ejércitos de los países que la componen (Níger, Burkina Faso, Mauritania y Chad, además del propio Malí). Con una mayor implicación en escenario subsahariano, España mostraría además su apoyo al Alto Representante de la UE, el español Josep Borrell, tras rehusar incorporarse a Irini, la nueva misión naval de la UE en el Mediterráneo central que ha sustituido a la malograda Sophia y que navegará lejos de las zonas donde puede encontrar inmigrantes por imposición de Austria y Hungría. El fin de la vida útil de los aviones C-130 Hércules ha llevado a Defensa a clausurar el destacamento que tenía en Gabón y concentrar el apoyo aéreo a toda la región en Senegal.
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